02 jun. 2025

Gobierno y paranoia

Por Fernando Boccia Torres – [email protected]

Por Fernando Boccia Torres - fernando-boccia@uhora.com.py

Por Fernando Boccia Torres - [email protected]

“La política es el arte de vender simultáneamente el gozo de la estabilidad y la paranoia ante el caos”, definió alguna vez Carlos Monsiváis. Estas últimas semanas los políticos paraguayos se ocuparon de darle la razón al escritor mexicano.

El primero en hacerlo fue el ex intendente de Lambaré y actual candidato por la re-reelección, Roberto Cárdenas. El techo de un aula construida –y sobrefacturada, según el Ministerio Público– por su istración se derrumbó, lastimando a 14 adolescentes. El fracaso actual del Fonacide cupo en una sola imagen: la de estudiantes malheridos bajo los escombros.

Ante la crisis y la investigación fiscal en su contra, Cárdenas se defendió con un argumento que integra el libreto de todo político sospechado de corrupción: la persecución política. “Me llama la atención que ocurra esto justo en un momento de campaña electoral. Temo que realmente traten de desviar la atención de lo que realmente importa”, declaró.

Días atrás, fue el turno del presidente Horacio Cartes, quien durante un acto partidario afirmó que el incendio en el local de una subestática de la ANDE fue obra de “desestabilizadores importados” del Frente Guasu. Eufórico, el primer mandatario se preocupó más en acusar de “conspiradores” a los opositores de izquierda antes que presentar o siquiera mencionar las pruebas que sustentan sus acusaciones.

El hecho de que sea un acalorado discurso político no le permite a Cartes lanzar denuncias de forma totalmente irresponsable.

Paralelamente, hace unas semanas también pudimos ver en los medios de prensa extranjeros al ministro de Hacienda, Santiago Peña, exaltando “la estabilidad macroeconómica paraguaya que sobresale en la región” y su crecimiento económico. Nada de eso explica el agitado clima social en el país, con sectores campesinos y obreros que reclaman permanentemente resultados, hasta ahora imperceptibles, en la lucha contra la pobreza y el hambre. Durante este gobierno la ausencia total del Estado siguió siendo una constante en amplias zonas del territorio nacional donde la mafia es ley y la soberanía, un concepto inexistente.

Hasta ahora, ningún representante del Gobierno exhibió las evidencias del supuesto complot comunista, secuestrador y extranjero. Tampoco los tan promocionados logros macroeconómicos se tradujeron en mejores condiciones de vida y mayor dignidad para los sectores más empobrecidos.

Antes que teorías conspirativas y discursos superficiales, pidamos, reclamemos, exijamos honestidad y resultados tangibles.