Kim, de 63 años y amenazado de muerte por las autoridades norcoreanas, visitó esta semana Madrid para hablar de su trabajo junto con su amigo y colaborador E Jisung, que publicó en 2023 un libro sobre sus experiencias salvando a disidentes que huyen de la represión, el hambre y la tortura en Corea del Norte.
“Al principio no tenía miedo, pero después de que me detuvieran y torturaran (en China), ahora siento un miedo tremendo. Supero mis miedos cuando sé que puedo salvar una vida”, explicó Kim en una conferencia el jueves pasado en la Universidad Complutense de Madrid.
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Comparado por algunos con Oskar Schindler, que salvó a más de 1.000 judíos del Holocausto, el pastor surcoreano fue apuñalado, le apuntaron con una pistola y fue encarcelado dos veces en China y otra en Tailandia.
Un peligroso recorrido
En la charla en Madrid, el religioso relató la odisea de los disidentes que huyen de Corea del Norte, cuyas fuerzas de seguridad disparan a matar a quienes tratan de cruzar la frontera sin permiso, y el largo y peligroso recorrido de 5.000 kilómetros a través de China y países del Sudeste Asiático antes de volar otros 5.000 kilómetros hasta Seúl.
Muchos de los disidentes an con el religioso una vez que han llegado a China, donde se exponen a ser detenidos y deportados a Corea del Norte.
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Desde la pandemia del Covid-19, la vigilancia se volvió más estricta en las fronteras, donde también usan tecnología más avanzada, por lo que ahora la ruta es mucho más complicada.
“Antes de la pandemia, llegaban a escapar hasta 1.000 disidentes al año, ahora como mucho lo hacen unos 150", precisó a EFE el pastor, mientras mostraba videos en su móvil que le envían norcoreanos pidiéndole ayuda o mostrando parte de su trayecto en vehículos, barcas o caminando en la montaña.
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Si antes de la pandemia rescatar a un disidente costaba unos USD 1.300, el precio se multiplicó por 10 ahora, aseguró el religioso.
Kim explicó que, al llegar a Corea del Sur, los disidentes norcoreanos deben pasar un periodo de tres meses bajo observación para demostrar que no son espías y luego reciben un pasaporte, alojamiento y ayuda financiera.
Sin embargo, el pastor señaló que su adaptación, al provenir de un represivo régimen comunista, a una sociedad capitalista es muy difícil y su propensión al suicidio es el doble a la de los surcoreanos, donde la tasa ya es alta.
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Testimonios de disidentes
En su libro Ten Thousand Kilometers (10.000 kilómetros), disponible de momento solo en coreano, E Jisung explica cómo cimentó su amistad con el pastor, que nada más conocerlo le pidió que ayudara a dos disidentes norcoreanos en China.
“Solía ir a hasta tres operaciones de rescate al año, pero ahora estoy en la lista negra de algunos países en el Sudeste Asiático y no puedo arriesgarme”, relató a EFE el autor de éxito en Corea del Sur y que comparte el fervor religioso con Kim.
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El libro también recoge testimonios de algunos norcoreanos rescatados, como Kim Dan, que huyó de la hambruna y torturas a China, donde descubrió que su madre había sido vendida a un hombre como esposa, fue explotado laboralmente y hasta encarcelado.
Con ayuda del pastor, Kim Dan pudo llegar a Corea del Sur: “Mi plan es estudiar Derecho en Estados Unidos y convertirme en un abogado de derechos humanos internacional y trabajar por los derechos humanos en Corea del Norte y por los que sufren alrededor del mundo”, según su testimonio recogido por el escritor.
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Antes de ser pastor y salvar a disidentes, Kim apuntó que fue empresario en China, pero se arruinó y llegó a contemplar el suicidio: “Luego me acordé de los niños norcoreanos a los que había ayudado y decidí dedicarme a ayudarles”.
Su apodo es un juego de palabras que en coreano significa “hombre triste”, pero que suena parecido a Superman, por lo que activistas de Médicos Sin Fronteras empezaron a llamarlo así.
Uno de sus mayores pesares es que, por seguridad, su mujer y dos hijos tuvieron que marcharse a Estados Unidos y no los vio durante 19 años.
“Cuando eran adolescentes mis hijos me guardaban rencor, pero ahora creo que están orgullosos de mí", aseveró el pastor, que evita aparecer en fotografías o videos por seguridad.
Fuente: EFE.