Hace unos días un grupo de artistas publicó de manera independiente Epopeya – La Guerra del Chaco en Historietas. Con el guión de Javier Viveros y las ilustraciones de Juan Moreno, Enzo Pertile, Roberto Goiriz y Kike Olmedo, el libro posee peligrosas cualidades: sus páginas encierran el árido terreno chaqueño, esconden el estruendo de fusiles, bombas y granadas, y en ellas habitan al mismo tiempo el dolor y la dignidad de una contienda que nunca debió haber ocurrido.
La historia y la ficción se conjugan en 20 episodios en los que la Guerra del Chaco es retratada desde los más diversos aspectos. Hazañas bélicas como el bombardeo nocturno a fortines bolivianos por una aeronave paraguaya pilotada por el teniente Ramón Martino o el ataque a los cañoneros paraguayos sobre el río Paraguay son contadas con rigurosa precisión histórica y recreadas en cautivantes cuadros donde el color y los detalles juegan un papel importante.
De igual manera, estas páginas también son una oportunidad para desmitificar la guerra, aquel horroroso escenario de sangre, sed y muerte. No todo es coraje en el teatro de operaciones, donde muchas veces coinciden héroes y cobardes. La mezcla de orgullo y tristeza que en tiempos de paz conlleva cada veterano también se hace presente a lo largo del libro. El texto incluso visita el género policial para sumergirnos en una complicada emboscada a un soldado en medio del monte.
La epopeya más reciente de todas es sin dudas la de los ilustradores y el guionista, que se cansaron de recibir portazos de editoriales y diarios que se negaron a publicar la historieta. Ellos decidieron actuar de manera más directa: del autor al lector, sin intermediarios. Se trata de un modelo cada vez más utilizado en tiempos en los que el negocio de las editoriales está en crisis. Javier Viveros creó una página en Facebook y a través de ella consiguió que los lectores hagan sus reservas y así asegurar ventas. Sin apoyo estatal ni privado, la historieta sobrevive y marca hitos en el mercado.
Hace ya un tiempo que los cómics paraguayos se volcaron a la historia. Dibujantes y escritores se abocaron a la tamaña tarea de inmortalizar cruciales episodios de nuestro pueblo. Desde la revolución que dio luz a la Independencia, pasando por las sucesivas guerras que marcaron a fuego al país y otros hechos más recientes, como el asesinato de Santiago Leguizamón; la historieta ha servido como vitrina del agitado desarrollo de una nación. Epopeya no defrauda a las obras que la antecedieron y eleva aún más la vara para las que vienen.