Luego de meses de expectativa, finalmente el Consejo de la Magistratura ha elaborado la terna para el cargo de fiscal general del Estado: Una fiscala anticorrupción, una fiscala antisecuestro y el fiscal general que va por el rekutu. Los tres candidatos son personas allegadas al actual Gobierno, quizás el que es más abiertamente oficialista es Javier Díaz Verón, cuyo hermano fue uno de los dirigentes que promovieron la enmienda constitucional para la reelección del presidente Horacio Cartes.
El final de esta historia se vio venir ya cuando en pleno proceso de audiencias públicas a las más de cien personas postuladas para el cargo, una maniobra parlamentaria hizo que se elijan nuevos representantes de Senado y Diputados en el órgano. De esta forma, el cartismo consiguió una nueva mayoría entre los ocho encargados de confeccionar la terna y aseguró que el Ministerio Público continúe con una línea afín a Cartes, incluso cuando este abandone el Palacio de López.
La terna elaborada tiene sus cuestionamientos, ya sea por la evidente elección de candidatos oficialistas o por el bajo puntaje que hicieron durante el proceso de selección. En otros países, el fiscal general es asignado directamente por el Poder Ejecutivo o son seleccionados de una terna elaborada por la Corte Suprema. Los métodos son varios.
Acá, tras la caída de la dictadura se creó el Consejo de la Magistratura para buscar una suerte de blindaje al cuoteo político, en el cual representantes de los tres poderes del Estado y distintos estamentos civiles se encargan de elaborar las ternas para todos los cargos de fiscales, jueces y defensores públicos.
Esto resultó en un proceso de politización de la Justicia que aún continúa, en donde uno accede al cargo con el visto bueno de los parlamentarios y los partidos tradicionales (siempre presentes en el Consejo, incluso a través de los estamentos civiles) y se mantiene ahí siempre y cuando los parlamentarios y partidos tradicionales (también presentes en el Jurado de Enjuiciamiento) lo permitan.
Que la terna para el fiscal general responda al oficialismo colorado no es sorpresa. Ya ocurrió con la terna anterior para el mismo cargo en el 2010, cuando todos los ternados eran colorados, y también con las últimas ternas para cargos de ministro de Corte Suprema. Lo que sí es relativamente nuevo es que desde hace unos años el Consejo de la Magistratura asegura que ahora el proceso es transparente y busca convencer al público de que realmente importan las audiencias públicas y el currículum de los candidatos.
La verdad es que el Consejo de la Magistratura sigue demostrando, terna tras terna, que la institución solo sirve para dar más poder al Poder Ejecutivo y al Congreso, para mantener rehenes a fiscales y jueces de los políticos, y para que se siga maquillando el grosero sometimiento de la Justicia al Partido Colorado.