05 jun. 2025

Pueblos indígenas interpelan a la ciudad con cantos, exigiendo sus tierras y agua

Las comunidades indígenas exigen al Estado la seguridad de la tierra en la que viven y la provisión de agua potable, frente a una sequía que enferma y mata. Varios representantes cerraron la calle Palma, frente al Panteón de los Héroes, para enseñar a la ciudad su cultura y sus históricas reivindicaciones.

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Foto: Lida Duarte.

Desde diferentes puntos del país llegaron de varios pueblos indígenas al microcentro de Asunción, frente al Panteón de los Héroes, para recordar lo que consideran “su último día de libertad”, ya que sostienen que con la colonización de América, el 12 de octubre de 1492, vinieron los despojos.

En plena calle Palma se movilizaron con carteles de protesta, pero también con cantos y bailes cada pueblo, según su creencia, recordaba a los suyos que fallecieron por causas injustas. Bajo sus rituales, además, se dirigieron a Tupã y a la madre tierra para que les de fuerzas en su lucha.

Uno de los líderes es Isidro Romero, del pueblo Mbya Guarani. Es considerado el opygua (sacerdote espiritual) de su comunidad, que aunque se encuentra en área urbana, mantiene su cultura ancestral. Sus cantos fueron acompañados por los demás integrantes con guitarra, violín y percusiones. Otros pueblos, como el Ava Guarani, también enseñaron sus propias costumbres.

Lea más: Indígenas exigen al Estado políticas para salir de la pobreza y ayuda humanitaria ante la sequía

Sobre las reivindicaciones, la coordinadora general de la Articulación Nacional Indígena por una Vida Digna (Anivid), María Luisa Duarte, del pueblo Aché, explicó que en primer lugar está la seguridad de la tierra.

“Eso nos preocupa mucho porque hay amenaza de desalojo de diferentes comunidades y no se puede avanzar así teniendo una amenaza constante. La tierra es fundamental para nosotros, porque es una forma de vida. Nosotros, como pueblo indígena, y cualquier ser humano, si no tiene su hogar seguro ¿cómo puede avanzar?”, expresó.

En ese sentido, mencionó que de las 700 comunidades indígenas solamente el 30% tiene aseguradas sus tierras. En el pronunciamiento, la articulación se quejó de que el Instituto Paraguayo del Indígena tiene apenas dos abogados encargados de hacer seguimiento a esta situación y que “el Gobierno prácticamente extinguió el presupuesto” destinado a este fin.

“Nosotros defendemos el territorio porque amamos la vida y nuestra vida está y depende del territorio”, refiere al respecto Anivid.

Recursos de binacionales

Sobre la efectividad del cumplimiento de este derecho, María Luisa Duarte dijo que las binacionales pueden ser la fuente de financiamiento de la compra de tierras para pueblos indígenas, especialmente de Itaipú tras la cancelación de su deuda por la millonaria construcción de la hidroeléctrica y teniendo en cuenta que ahora tendrá disponible más recursos.

De acuerdo a los últimos censos, Paraguay tiene casi 6.110.000 habitantes, de los cuales solo 140.206 pertenecen a comunidades indígenas. Para la coordinadora de Anivid, este dato es importante porque quiere decir que la atención a este sector no tendrá un gran impacto en la economía del país y, sin embargo, la extrema pobreza en la que vive muestra que hay un desinterés del Estado.

Frente a la sequía, los pueblos indígenas reclaman políticas públicas para acceder a agua segura, es decir, potable. Si bien parten camiones cisterna rumbo al Chaco, no alcanza a todas las aldeas y muchas recurren a agua estancada ante la desesperación, lo que deriva en enfermedades y muertes. Este es el segundo punto que reclaman las organizaciones indígenas.

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Isidro Romero, el sacerdote espiritual de su comunidad, compartió su canto frente al Panteón de los Héroes.

Foto: Lida Duarte.

En defensa de las organizaciones

Anivid, que aglutina a 36 organizaciones indígenas a nivel nacional, también se posicionó en contra de la ley que establece excesivos controles a organizaciones sin fines de lucro, conocida como “ley garrote”.

“El Gobierno, cada día más hundido en la corrupción, está usando su poder de forma nefasta. Al poder formal se unen y actúan en connivencia con poderes de facto, políticos y económicos, para generar más despojo, criminalización, pobreza y hambre entre las comunidades indígenas, pero también están dirigiendo la mirada hacia sectores críticos de la sociedad civil, que son los que apuntalan nuestros reclamos y nos acompañan en nuestras propuestas de mejorar las políticas públicas para la vigencia plena de nuestros derechos”, refirió la articulación en su pronunciamiento.

Tierra Viva, que trabaja principalmente por la restitución de tierras indígenas, fue criticada por el senador Orlando Penner por no solucionar la falta de agua en las comunidades del Chaco, en el marco de la discusión sobre la “ley garrote”, cuando esta responsabilidad recae en el Estado.

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Mujeres indígenas reivindicaron sus derechos en Asunción.

Foto: Lida Duarte.

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