22 may. 2025

El Eternauta asunceno

El posapocalíptico escenario bonaerense de la serie del momento, bien puede tener una secuela en la capital paraguaya, incluso sin volcar inversión alguna para presentar locaciones lúgubres, deterioradas y un ecosistema adverso para la vida, comparables a la nieve letal que cayó en el gran éxito llamado El Eternauta.

Si alguna productora cinematográfica quiere aliarse con un equipo de filmación local, puede tranquilamente ubicar una historia similar en Asunción, en la que un grupo de lugareños se enfrenta a la despiadada consecuencia de décadas de atraso, desidia y abandono en que cayó la otrora Madre de Ciudades. No será difícil hacer el rodaje correspondiente, sin incluso agregar mampostería ni artilugios para presentar la locación como una escena plagada de caos y distopía.

Podemos enlistar los elementos fundamentales que servirán de entorno para que alguna trama posapocalíptica empiece a funcionar y atrapar, con sus riesgos de vida, peligros constantes, amenazas varias y desmanes que ocurren a diario, siempre en contra del ciudadano.

Una de las tomas puede ser captada tras una buena lluvia, al momento en que raudales similares al Amazonas se llevan todo por delante, incluidos automóviles con gente dentro, pidiendo auxilio a gritos. En la realidad el fenómeno cegó vidas, producto del desinterés de las autoridades del ramo en prever situaciones catastróficas.

Otra escena quedará como joya en medio de la tremenda humareda que despiden las quemazones en el Banco San Miguel o hacia la Costanera Sur que, como consecuencia, elevan el riesgo al sistema respiratorio, todo aparece borroso y con poca visibilidad; mientras la población sufre el embate de la contaminación y de los inconscientes que queman basura o pastizales, con nulo castigo, situación que se replica como si nada en temporadas bien definidas.

Los baches interminables, que nos acercan a paisajes lunares, serían el leiv motiv para un capítulo entero de la hipotética serie. La caravana de conductores que logra esquivarlos contrastaría con aquel poco suertudo que pagará con su vida la herencia de corruptela que arrastra el sistema público, al no realizar el mantenimiento corriente y privilegiar sueldazos a una nómina inepta de funcionarios, en un edificio municipal próximo a venirse abajo por la inmensa cantidad de plantel; o en el MOPC donde la ejecución está ralentizada.

Otro grupo de asuncenos puede exponerse en exteriores, dentro de una secuencia mortal en la que esquivan motochorros en las paradas o en barrios periféricos, al amparo de nadie y presa fácil para los amigos de lo ajeno, con una fuerza de seguridad inmersa en la deriva y sin respuesta cabal para prevenir o amainar delitos o crímenes.

Si hablamos de deterioro, incluyamos a los pocos espacios verdes que sirven de pulmones para Asunción, y que directamente son eliminados bajo el mezquino interés corporativo que no tiene empacho en talar árboles. Ergo se destruye más la calidad de vida y las oleadas de calor arrecian con más ímpetu. Los termómetros públicos muestran temperaturas elevadísimas y la gente se mueve como lagartos bajo el intenso sol. Eso sí es verdaderamente apocalíptico, digno de superproducciones hollywoodenses.

Los minivertederos de la capital, la basura tirada al azar y sin procesamiento de los residuos, brindarán también un marco ideal para secuencias de alto voltaje aterrador, sumado a los permanentes cortes de calle y desvíos, el tráfico infernal, el halo preindustrial de los mataderos y frigoríficos de Tablada que llenan de hedor el ambiente; sin olvidarnos de un microcentro tenebroso y maloliente, donde se podrían filmar las últimas escenas de ferviente crisis, con edificios en abandono, convertidos en nido de ratas y albergue para gente en situación de calle.

El Eternauta asunceno transitará así, esquivando riesgos, por estas locaciones naturales, casi sin inversión en escenografía cinematográfica. Sería un éxito inmediato.

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