–¿Cuáles son las señales más comunes para detectar casos de violencia familiar?
–Hablar de situaciones de violencia familiar resulta sumamente complejo por la dinámica interpersonal dada entre los del contexto familiar, aunque podemos identificar algunas señales más comunes como los cambios en el comportamiento, temor intenso a un miembro del entorno, aislamiento físico y comunicacional, control y celos constantes hacia uno o más del contexto familiar, lesiones o autolesiones físicas, vergüenza o evasión al abordar temas relacionados, adicción a sustancias de alguno de los componentes de la familia.
–¿Cuán importantes son los análisis psicológicos a las víctimas y a autores de hechos de violencia familiar?
–Entendiendo análisis como las evaluaciones psicológicas de los actores directos de la violencia intrafamiliar, estas son sumamente relevantes para la comprensión de las interacciones caracterizadas por conductas verbales o físicas violentas entre quienes la padecen y quienes la ejercen, así también para el entendimiento del mantenimiento de los vínculos afectivos, el secretismo o la culpabilización que perpetúan las relaciones disfuncionales con comportamientos violentos.
–¿En su oficina, qué enfoque le dan para tratar a las víctimas?
–En materia de atención a las víctimas de violencia intrafamiliar, principalmente se enfoca la intervención de los psicólogos en la evaluación psicológica forense cuando es solicitada por las unidades fiscales, con la finalidad de informar sobre el estado de la víctima de acuerdo con lo narrado y basado en una metodología científica avalada por referentes reconocidos en el área psicoforense. Así también, en situaciones de desbordamientos afectivos de la persona victimizada se recurre a la contención o asistencia psicológica y posterior derivación profesional o sugerencia similar, si fuera necesaria.
–¿Atienden a hombres y mujeres o solo a mujeres víctimas de violencia?
–Según la ley, son atendidas personas violentadas psicológica o físicamente, según las denuncias, de ambos géneros y etapas del desarrollo diversas, sean de la niñez, la adolescencia o la adultez.
–¿Por qué hay tantos casos de violencia familiar?
–Considero de igual forma la necesidad de resultados de estudios longitudinales interinstitucionales para dar una contestación con mayor precisión al aumento de los casos de violencia familiar, aunque, al respecto se podría aproximar factores concomitantes como el estilo de crianza probablemente más permisivo, el uso sin o poca supervisión de la internet y de actividades de ocio en niños y adolescentes, las adicciones en sus diversas formas: A sustancias psicoactivas, al teléfono móvil, al juego, etc., en varios casos con el agravamiento de un entorno comunitario caracterizado por la naturalización y reincidencias de la violencia conyugal y el castigo físico como formas de control o educación.
–¿Qué se puede hacer para prevenirlos?
–Las instituciones públicas y privadas en particular, relacionadas con la salud y la educación, deben cumplir un rol fundamental como entidades transmisoras a los s de: Patrones asertivos de comunicación dentro del núcleo familiar y habilidades sociales que apunten a estrategias de negociación, diálogo y mediación de conflictos. Vale añadir que el manejo del control de impulsos cobra relevancia ante conductas de tipo impulsivas frecuentes, también el iniciar y continuar actividades recreativas productivas (deportes, artes) constituyen puntos esenciales que podrían contribuir en la prevención de la violencia al interior de las familias. Finalmente, recordar que acudir a tiempo a las instituciones ante circunstancias que escapan al manejo de padres o adultos responsables puede evitar conductas o situaciones desencadenantes de violencia o el empeoramiento de las mismas.
–¿Es una cuestión cultural por el machismo por ejemplo?
–El patriarcado ha caracterizado y marcado pautas socioculturales, políticas y de convivencia interpersonal en nuestra sociedad. Muchas de ellas aún son visibles a pesar de los paradigmas y normativas actuales que buscan la equidad de género y la erradicación de todas formas de violencia y discriminaciones relativas a concepciones de superioridad masculina. Es justamente el patriarcado o machismo como fenómeno transgeneracional el principal motivo del origen y mantenimiento de la subordinación de la mujer, los tratos desiguales y abusos de poder que coexisten en las relaciones de pareja, familiares y sociales; factores que encaminan casi inequívocamente a la violencia. Ejemplos de actitudes machistas que menoscaban a la mujer podríamos mencionar los cuestionamientos de ciertas formas de vestir, de comportarse, de participar, ser escuchada o valorada en entornos sociales y políticos, enfrascándola a su rol doméstico o materno. A este respecto, la maternidad es todavía percibida como un rol exclusivo de la mujer y normalizada la ausencia de apoyo paterno en la crianza de sus hijos, lo que dificulta también el pleno ejercicio de sus derechos. Estadísticamente, la violencia familiar, según los reportes de varias instituciones estatales, la mujer se ve mayormente afectada en nuestro país por los malos tratos de parte de su pareja, ex pareja, padre, hijo u otra figura masculina relevante y cercana a ella, en donde la práctica de alguna forma de sometimiento es la constante. Asimismo, una cuestión no menos significativa es la instrumentalización de la justicia como manera de dar continuidad al ejercicio de ese poder generado en la esfera íntima y trasladado a los diversos fueros del sistema: Penal, civil, niñez y adolescencia, marcando asimetrías y erosionando más las relaciones, sobre todo cuando hay niños y adolescentes de por medio.
–¿Qué debe hacer una persona que sabe de un caso de violencia familiar?
–Ante el conocimiento de algún evento de violencia familiar se debe comunicar al Sistema 911 o al 137 para las intervenciones inmediatas y radicar la denuncia. Es vital que la persona victimizada cuente con el apoyo de referentes cercanos y de instituciones públicas y privadas que la acompañen y asesoren durante el proceso iniciado en la istración de justicia.