22 may. 2025

Inmoral campaña de afiliación de una funcionaria del Estado

Un acto irresponsable y alevoso contra los jóvenes paraguayos ha sido acometido por la ministra de la Juventud cuando encabezó una campaña de afiliación al Partido Colorado, aprovechando la presentación de un programa de gobierno de empleo joven. La joven, colorada y cartista, se burla de la población más olvidada. Sin a salud y educación, sin posibilidades de empleo y salario dignos, los jóvenes están atrapados en la desesperanza, mientras la funcionaria promueve de forma inmoral asociarse al partido de gobierno.

La ministra de la Juventud ha cometido un doble error. Como funcionaria del Estado paraguayo no debería –por ética– realizar campañas político-partidarias, porque no debe olvidar nunca que quien le paga el salario es el pueblo paraguayo y no su partido. Al mismo tiempo, ha enviado un grave mensaje. En medio de una campaña sobre empleo juvenil del gobierno del cual ella es funcionaria, promueve una campaña de afiliación, enviando un sospechoso mensaje para los jóvenes.
La ministra, quien cuenta con un triste historial de participación en las redes sociales por lanzar mensajes racistas y antisemitas (ÚH, junio 13, 2024), parece estar muy desinformada respecto a la situación que vive la juventud paraguaya.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en Paraguay, de los 1.492.367 jóvenes de entre 15 y 29 años, el 20,2% vive en situación de pobreza y soportando marcadas brechas de desigualdad, no solo en cuanto a vivir en zonas urbanas y rurales. Con respecto a educación, un poco más de la mitad de los jóvenes de entre 15 y 24 años asisten a una institución de enseñanza formal, con una tasa de asistencia superior en las ciudades; y en cuanto a salud, solo el 23,1% de los jóvenes cuentan con seguro médico, con una gran brecha desfavorable para la población rural.

Mientras la ministra de la Juventud gasta su tiempo con videos promocionando la afiliación al Partido Colorado, el país, de acuerdo con los recientes datos censales, sufre un cambio en la estructura demográfica por un rápido aumento del envejecimiento; esto significa que Paraguay está dejando de ser un país joven (ÚH, septiembre 01, 2024). Esto sucede en un contexto en que las instituciones del Estado no son capaces de garantizar calidad de vida. Sucesivos gobiernos no han invertido precisamente en la franja que debía convertirse en el capital humano preparado para encarar los grandes desafíos que supone un país con desarrollo. Por eso, tenemos una juventud sin suficientes años de estudio, sin salud, sin preparación y solamente aptos para realizar trabajos precarios.

Además de conocer los datos, hay otros aspectos de la realidad juvenil que son sumamente preocupantes, y que un funcionario de gobierno debería conocer adecuadamente.

En el 2023, el entonces comandante de la Policía Nacional ofrecía estos datos: nueve de cada diez hechos de violencia son cometidos por menores de 25 años, consumidores de estupefacientes. Decía también que, según una estimación, en Asunción había 24.000 jóvenes consumidores de drogas, y 70.000 en Central, y que un 64% son jóvenes de 18 a 25 años, un 23% de 18 años y menos, y había incluso niños. Esto supone que 9 de cada 10 hechos de violencia urbana son cometidos por jóvenes menores de 25 años.

Más recientemente, Última Hora daba a conocer que cada mes entre 20 y 25 jóvenes paraguayos son detenidos en el Aeropuerto Internacional de Foz de Yguazú con cargas ilegales, específicamente cocaína. (ÚH, marzo 17, 2025). Esto nos habla de la falta de oportunidades para los jóvenes en el Paraguay, pero al mismo tiempo del poder que adquiere el narcotráfico y el crimen organizado, que se aprovecha de las condiciones de precariedad y pobreza en las que subsiste la población. ¿Cuál es el futuro que les espera a los jóvenes sin posibilidades de educación y salud? Y cuál será el futuro del país.

Urgen planes de gobierno y alternativas para los jóvenes, para que ya no estén condenados a vivir una realidad de pobreza y explotación, viendo cómo los hijos de los políticos acceden a cargos públicos sin contar con estudios. A la desesperanza, la desigualdad, la exclusión y la discriminación es inmoral responder con la oferta de una afiliación al Partido Colorado.

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