El Gobierno es responsable de que la población padezca de un obsoleto e ineficiente servicio de transporte público. Como bien señala su nombre, el transporte es un servicio, el cual aunque no sea directamente istrado por las instituciones públicas debe, sin embargo, ser eficientemente supervisado. El caos del tráfico que actualmente padecemos es el resultado precisamente de carecer de un eficiente servicio, lo que empuja a los ciudadanos a optar por un vehículo ante la falta de un sistema de movilidad eficaz.
El problema es complejo, pues en la misma medida en que crece el parque automotor y se llenan nuestras calles de automóviles y motocicletas, la infraestructura urbana no ha crecido a la par, ni se ha adecuado a los básicos requerimientos. Además se debe señalar que por indolencia de las autoridades municipales de Asunción, el área metropolitana y Central, calles y avenidas están cubiertas de baches y peligrosos pozos.
Por la falta de un sistema de transporte, trabajadores y estudiantes deben salir muy temprano de sus casas para conseguir espacio en ómnibus repletos, ante el riesgo de llegar tarde a sus ocupaciones; el regreso al hogar tras una larga y agotadora jornada laboral repite el mismo ritual que incluye largas esperas y traslados incómodos e inseguros. Los pasajeros soportan los largos viajes en unidades rotas, sucias, y sin aire acondicionado, lo que en verano es una tortura. Este cotidiano maltrato tiene efectos también en la psiquis de las personas, pues la falta de visión de un futuro mejor supone una presión extrema sobre el humor las personas.
Necesitamos urgentemente un sistema de transporte y movilidad. El modelo de un grupo de empresas que manejan los itinerarios, los que son asignados de manera arbitraria por la institución rectora ya no funciona. Eso debe cambiar pues solo beneficia a estos empresarios, y a sus amigos de la política. Se debe diseñar un sistema más eficiente, que preste buen servicio y ya no humille a paraguayos y paraguayas.
Ejemplos de buenos servicios de transporte y movilidad existen en Latinoamérica y en el resto del mundo. Urge optar por soluciones razonables como el sistema BTR, que es un sistema de autobús de tránsito rápido, que combinado con metro, tranvía, sistema de trenes de cercanía y largas distancias y bicisendas ofrece una verdadera movilidad al ciudadano. Tampoco es una solución inundar las calles con buses eléctricos, pues eso solo aportará caos.
Por sobre todo, necesitamos el compromiso de la clase política, que sea capaz de dejar de lado sus particulares y mezquinos intereses políticos y económicos y trabajen por dar calidad de vida de la población.