Son personas que a base de su propio esfuerzo sobre todo, terminan destacándose en alguna competencia individual o colectiva ante los ojos de propios y extraños. En serio ivale hikuái.
En el día a día, andando por la vida, también nos suele sorprender el ingenio de los perros, así de la nada, como genios salidos de una petaca.
De repente, te vas a la pesca y ves cómo improvisan una champañera con cualquier bidón tujakue. O el suculento asado es preparado sobre seis ladrillos y una rejilla que hace de parrilla ahí en plena obra.
Tampoco faltan aquellos que en un ignoto pueblo o barrio, juntaron partes de un auto, algunos cables, una manguera y arman su propio autito para recorrer su comarca como potentados señores.
En la sobrevivencia diaria ni qué decir. Los ejemplos abundan. Desde ir colgado en el micro esquivando columnas de la acera o pasando a recibir clases bajo los árboles o cielo abierto porque el techo del aula se derrumbó.
También cuando te toca ir a los hospitales a esperar largas horas, esquivar baches en el asfalto o la vereda y, por supuesto, sobrevivir con el sueldo mínimo con mínima o nula esperanza en el futuro.
A ello podemos sumarles las joyas que nos regalan cada día las gestiones de los valores de los poderes Ejecutartivo, Lelogislativo y Perjudicial.
Así es, señoras, señores y señoritones (esta última palabra acuñada por el extinto Andrés Rodríguez). Los bemoles del día a día nos vistieron con chaqueta de hierro reforzado, convirtieron en un manojo de resilencia.
Puede decirse, sin temor a equivocaciones, que el y la Homo Paraguayensis pueden hacer tranquilamente que sus pechos sean las murallas para cuando llegue el tan cacareado Hercólubus.
Pero ante de que llegue el tan anunciado Apocalipsis, Juicio Final, el Fin de los Tiempos tenemos que encontrar algún provecho a todo lo que ha soportado este pueblo.
Exportar ese conocimiento y experiencia al mundo pueden generar una impensable fuente de divisas. O al menos algún ingreso que salve el pasaje y la luz.
Por ejemplo, ya debería gestionarse con la Unión Europea viajes de delegaciones de pobladores del Chaco paraguayo. Particularmente, de las zonas de Bahía Negra, Fuerte Olimpo y alrededores.
Recordemos que recientemente España, Portugal y Francia estuvieron en figurillas cuando tuvieron que soportar un apagón de varias horas.
Nos imaginamos a la delegación del Chaco en pleno vuelo cuando les expliquen el motivo de su viaje al Viejo Continente.
Entre uno y otro integrante del vuelo, tereré de por medio, estarán exclamando Ma’ena anga cuando les cuenten como los europeos quedaron al borde del colapso mental y emocional con seis horas de luz, mientras los chaqueños han soportado hasta 72 horas sin electricidad en pleno verano.
En las universidades más prestigiosas del mundo pueden generar interesantes tesis de estudio la mutación de varios ciudadanos al llegar a la función pública.
Los científicos extranjeros querrán descubrir cómo es posible que en poco tiempo han mutado sus brazos y, sobre todo, manos.
Con dicho cambio genético, cual evolución exprés han podido manotear todo lo que encuentran en su camino durante su paso por el cargo que el color les ha asignado.
Destacados sociólogos del mundo podrán estudiar a fondo el comportamiento gregario-familiar de estos seres. Sobre todo por la incomensurable bondad que les asalta para distribuir el erario entre esposas, hijos, sobrinas, nietastros y otros tantos. Ya ve, In hac terra multa ingenii habemus.