El titular del Ministerio de Economía y Finanzas señaló que Paraguay está preparado para firmar un acuerdo de libre comercio con China. China, como una de las economías mas grandes del mundo, representa un socio estratégico por su demanda de bienes y servicios, capacidad de inversión y avance tecnológico. Sin embargo, el desafío radica en superar el vínculo asimétrico, ya que Paraguay le exporta a China productos primarios sin valor agregado e importa manufacturas.
La inversión extranjera directa (IED) de China en la región se ha dirigido, entre otros ámbitos, a la infraestructura, la agricultura y la energía, impulsando la creación de proyectos de infraestructura que buscan mejorar la conectividad y facilitar el comercio.
Estas inversiones son cruciales para un país como Paraguay, que históricamente ha enfrentado retos en su infraestructura de transporte y logística.
La modernización de caminos, puentes y puertos no solo beneficia a la economía nacional, sino que también permitiría a Paraguay posicionarse como un hub logístico en la región. Necesitamos no solo capital, sino también conocimientos técnicos y habilidades en la gestión de proyectos.
Paraguay necesita capitales que estén interesados en asociarse con productores locales, introduciendo tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles para aumentar la productividad.
La transferencia tecnológica en la producción agrícola incluye sistemas de riego eficientes, técnicas de cultivo sostenible y maquinaria moderna. Estas innovaciones tienen la potencialidad de aumentar la productividad y la sostenibilidad de la agricultura.
La energía es otro sector que requiere aprovechar los avances logrados en otros países.
Las inversiones en energías renovables, como la solar y la eólica, pueden complementar la matriz energética del país y contribuir a la sostenibilidad ambiental.
No obstante, es fundamental que se realicen estudios de impacto ambiental y social que garanticen que estos proyectos no perjudiquen a las comunidades locales.
Para aprovechar las oportunidades que existen a nivel global, incluyendo a China, Paraguay debe abordar varios desafíos.
Uno de los principales es la necesidad de un marco regulatorio claro y transparente que proteja a la población y garantice soberanía económica.
Por otro lado, la corrupción y la falta de institucionalidad han sido históricas en el país, lo que desincentiva la inversión.
Implementar políticas que promuevan la transparencia y la rendición de cuentas es crucial para crear un ambiente favorable para la inversión y, fundamentalmente para que esta reditúe en beneficio del país.
Es esencial que estos objetivos se logren con asociaciones establecidas en condiciones justas, donde los beneficios se distribuyan equitativamente entre los inversores y los productores locales, evitando la concentración de la riqueza.
Paraguay necesita desarrollar una estrategia de diversificación económica.
Con un enfoque excesivo en sectores específicos, el país podría volverse vulnerable a los cambios en la demanda global.
La inversión en educación y capacitación de la fuerza laboral es esencial para preparar a los paraguayos para los nuevos empleos que surgirán a raíz de estas inversiones.
Paraguay tiene potencial para transformar su relación con el mundo siempre que priorice una industrialización inteligente y la diversificación. Evitar la reprimarización exige visión estratégica, inversión en capital humano y negociaciones inteligentes.