22 may. 2025

Una reforma del transporte público que ya no puede esperar

El Gobierno es responsable de que la población padezca de un obsoleto e ineficiente servicio de transporte público. Como bien señala su nombre, el transporte es un servicio, el cual aunque no sea directamente istrado por las instituciones públicas debe, sin embargo, ser eficientemente supervisado. El caos del tráfico que actualmente padecemos es el resultado precisamente de carecer de un eficiente servicio, lo que empuja a los ciudadanos a optar por un vehículo ante la falta de un sistema de movilidad eficaz.

El padecimiento de los s del transporte público no encuentra fin. El panorama se observa sombrío, pues no se ven alternativas ni interés por parte de las autoridades para hallar soluciones. El actual caos en las calles y avenidas de la capital, el área metropolitana y las ciudades del Departamento Central es un hecho grave que tiene serias implicancias sociales y económicas. Y se debe reconocer que este mismo panorama se advierte en todo el país, lo sufren todos los paraguayos. El colapso del tránsito es tan absoluto como intolerable. Lo padecen automovilistas y s del transporte público y todos saben que trasladarse de un lugar a otro implica la pérdida de valiosas horas. El crecimiento que ha tenido el parque automotor nacional es una consecuencia que responde a varias causas. Una de ellas y sobre lo que se ha hablado mucho antes es la mejora en los ingresos que se dio hace algunos años, pero actualmente se debe, sobre todo, a que la gente necesita movilizarse para llegar al trabajo o al estudio, ya que el transporte público no es una opción. El parque automotor creció desaforadamente. El más reciente informe de la Dirección del Registro de Automotores dice que, solo en la ciudad de Asunción hay 521.536 vehículos matriculados, mientras que en el Departamento Central hay 952.061 rodados; esos más de 1.500.000 vehículos circulan diariamente por las calles y avenidas de la capital y su área metropolitana. Esa cantidad de vehículos, sumado al hecho de que en el Paraguay no existe un sistema de transporte, son la explicación más simple del actual caos en el tránsito.
El problema es complejo, pues en la misma medida en que crece el parque automotor y se llenan nuestras calles de automóviles y motocicletas, la infraestructura urbana no ha crecido a la par, ni se ha adecuado a los básicos requerimientos. Además se debe señalar que por indolencia de las autoridades municipales de Asunción, el área metropolitana y Central, calles y avenidas están cubiertas de baches y peligrosos pozos.

Por la falta de un sistema de transporte, trabajadores y estudiantes deben salir muy temprano de sus casas para conseguir espacio en ómnibus repletos, ante el riesgo de llegar tarde a sus ocupaciones; el regreso al hogar tras una larga y agotadora jornada laboral repite el mismo ritual que incluye largas esperas y traslados incómodos e inseguros. Los pasajeros soportan los largos viajes en unidades rotas, sucias, y sin aire acondicionado, lo que en verano es una tortura. Este cotidiano maltrato tiene efectos también en la psiquis de las personas, pues la falta de visión de un futuro mejor supone una presión extrema sobre el humor las personas.

Necesitamos urgentemente un sistema de transporte y movilidad. El modelo de un grupo de empresas que manejan los itinerarios, los que son asignados de manera arbitraria por la institución rectora ya no funciona. Eso debe cambiar pues solo beneficia a estos empresarios, y a sus amigos de la política. Se debe diseñar un sistema más eficiente, que preste buen servicio y ya no humille a paraguayos y paraguayas.

Ejemplos de buenos servicios de transporte y movilidad existen en Latinoamérica y en el resto del mundo. Urge optar por soluciones razonables como el sistema BTR, que es un sistema de autobús de tránsito rápido, que combinado con metro, tranvía, sistema de trenes de cercanía y largas distancias y bicisendas ofrece una verdadera movilidad al ciudadano. Tampoco es una solución inundar las calles con buses eléctricos, pues eso solo aportará caos.

Por sobre todo, necesitamos el compromiso de la clase política, que sea capaz de dejar de lado sus particulares y mezquinos intereses políticos y económicos y trabajen por dar calidad de vida de la población.

Más contenido de esta sección
Las calles de Asunción y de cualquier ciudad mediana o grande de Paraguay muestran actualmente la dimensión de la informalidad con la gran cantidad de trabajadores en condiciones claramente precarias. Pero esta situación no se limita a esta gran proporción de trabajadores y trabajadoras muy visibles, se extiende también a un gran contingente ubicado en empresas medianas y grandes. Es urgente cambiar esta situación que afecta al 65% de la población trabajadora para lograr un trabajo decente.
La inflación sigue el mismo ritmo que el año anterior. El informe sobre el comportamiento de este indicador en el primer cuatrimestre enero-abril emitido por el Banco Central del Paraguay (B) da cuenta de la persistencia de este problema que afecta de manera directa a la población. Los ingresos laborales vienen cayendo persistentemente desde 2014, debido al aumento de los precios de importantes bienes de la canasta básica familiar como son los alimentos sanos, afectando el consumo y la calidad de vida.
La aplanadora colorada cartista archivó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley que pretendía incluir en el Presupuesto General de la Nación los fondos de gastos sociales de las entidades binacionales. Incluir estos millonarios recursos en el presupuesto haría posible tener un mejor control del uso de los mismos. Esta necesaria transparencia aseguraría, al mismo tiempo, a la ciudadanía la confianza y la certeza del buen y equitativo empleo de las millonarias sumas, y que estas sean destinadas a las verdaderas necesidades de la población.